La Teoría Funcionalista
En la Wikipedia podemos encontrar una definición propia del sexo en la publicidad; “El sexo en la publicidad se refiere al uso del interés sexual como una herramienta de persuasión para dirigir el interés del público hacia un producto particular, con objeto de su venta, generalmente mediante la utilización de modelos atractivos o también símbolos sexuales.”
Esta es una de las estrategias más usadas por los publicistas desde hace ya un buen tiempo atrás, pero que actualmente sigue siendo efectiva, ¿o no es así?
Como bien sabemos, la sexualidad es una de las herramientas de mayor alcance en el marketing. Hoy en día nos rodeamos de un sin fin de anuncios y spots con esta categoría, con el fin de implantarle al producto publicitado, una serie de valores que más tarde la sociedad relacionará con esa marca o con el mismo producto en si, o eso es lo que se pretende.
Aquí es donde entra en juego la teoría funcionalista. Sabemos, que la sociedad funciona con una estructura compleja que forma parte de un sistema. Y esta misma teoría lo que intenta es interpretar de alguna forma a la sociedad, incluyendo en ese estudio, el papel importantísimo de los Mass media en sus desarrollos. Es decir, en este caso, si los anuncios cumplen con su funcionalidad (con sus objetivos planteados desde un principio), o si por el contrario, encontramos una disfunción, (no siempre se consigue los objetivos esperados).
La perspectiva conductista, también un punto importante dentro de este tema, es la encargada de hacer pensar que los medios de comunicación tienen en sus manos, hacer que se tengan unos efectos positivos y negativos en la sociedad.
Lo que tenemos que saber, es que por ejemplo todos los anuncios que tienen una censura de este tipo, la mayoría no cumple con su función, sino, que encontramos una disfunción.
Un caso, es el del anuncio censurado de los preservativos Trojan. Una de las marcas más conocidas en EEUU. Creó un anuncio, en el que se resaltaba por encima de todo la categoría del humor, con el fin de hacer reír al público. Pero, aunque su spot haya llegado bien a alguna parte de él, no ha dejado de ser acto de censura, aunque su empresa no lo hubiese planeado desde el primer momento. Lo que quiero decir con esto es que hay empresas que pretenden hacer de su producto, la comidilla de la semana, creando la censura, su prohibición… para que la gente hable de la marca, mientras que otras, intentan implantar valores y criterios sin caer en la censura, y sin embargo, caen. Otro ejemplo más reciente, es el de la famosa Eva Mendes.
Su anuncio para Calvin Klein, ha sido censurado. El cual, desde mi punto de vista, no estaba preparado para tal. Personalmente, creo que ese anuncio se había creado para transmitir de una colonia, sensualidad, poder, belleza… aunque visto lo visto, no ha creado otra cosa que una disfunción, un rechazo.
Otro ejemplo, fuera de lo común, que no pretendía, seguramente, llegar donde ha llegado, y su funcionalidad ha sido enorme, es el famoso anuncio de; “Amo a Laura”.
Probablemente, y es el caso, este anuncio se creó en una cadena poco habitual, funcionando también con la categoría del humor y de la ironía. Y sin esperar a ser tan conocido, dio la vuelta al mundo, cumpliendo, por supuesto con toda su función, y dándole unos valores a su producto enorme.
Estos casos anteriores, concretamente los dos primeros, podríamos clasificarlos dentro de una función de vigilancia, pues, por ejemplo el de los preservativos rompe con los valores expuestos en la sociedad, como es, la comparación de todos los hombres con los cerdos, perturbando y por lo tanto amenazando la estabilidad y fomentando el pánico, dentro de ese grupo tan amplio que todos conocemos como sociedad.
1 comentarios:
ISAA ¿cómo estáás?? Soy Andreu.
Interesantísimo todo esto, eso si es interés y vocación. Yo tb he tenido siempre el gusanillo de la publi.
En fín que me pasaré más por aquí porqué mi blog está cada dia más muerto y cada vez tiene menos texto.
Besets. Cuida molt a Ol! (y su pingüino xD)
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